Terry Cavanagh sabe cómo meterse en la mente humana y jugar con ella. Cosa que ha demostrado en títulos como Super Hexagon o VVVVVV. Este señor, amante de la estética retro y minimalista, creó Don’t Look Back en el año 2009. Un juego que te destroza el alma en tan solo diez minutos, que tiene mucho que contar en muy poco tiempo, usando recursos limitados.
Lo primero que vemos cuando empieza la partida es al personaje principal, llorando al lado de la tumba de su amada. Entonces, tras recoger un arma, se dirige al inframundo con el fin de encontrar el espíritu de su difunta amada y llevarlo de vuelta a su tumba para así poder revivirla. Para ello, emprenderemos un viaje que resultará bastante agónico, porque un paso en falso o un encuentro con un monstruo nos conducirá a una muerte segura.
El jugador tendrá vidas infinitas, lo que le dará la opción de repetir la pantalla una y otra vez cada vez que muera, que pasa muy a menudo debido a la dificultad del juego. Hay muchos enemigos, y cualquier salto impreciso llevará a una muerte segura.
El juego consiste en matar enemigos, entre ellos varios bosses, e ir saltando por plataformas, atravesando fosos, cruzando la lava, y evitando ser aniquilado por los diferentes peligros que se van presentando. Se podría decir que es una mezcla de juego de plataformas y shoot’em up, un estilo que podría recordar a Super Metroid para Super Nintendo.
No mires atrás, o sufrirás terribles consecuencias
La historia está basada en la mitología griega, concretamente en el mito de Eurídice. El mito cuenta cómo Orfeo llora la muerte de su amada Eurídice y los dioses benevolentes le permiten viajar al inframundo para recuperar su alma y devolverle la vida a ella. Para conseguir esto, Orfeo debe emprender un viaje lleno de peligrosas trampas, y no podrá mirar atrás, porque si lo hace, sufrirá una terrible consecuencia.
Tráiler de Don’t Look Back
Análisis de Don’t Look Back por categorías
Jugabilidad:
Don’t Look Back es un juego estupendo, aunque la jugabilidad en Android y iOS no es maravillosa, básicamente porque no deja de ser una versión de un juego para PC. Los controles imitan una máquina virtual, es decir, en vez de implementar un sistema de tocar la pantalla para realizar diferentes acciones, se han implementado botones en la pantalla.
La dificultad del juego es bastante elevada, y el personaje muere repetidas veces. Cuesta bastante adaptarse a los controles en la versión de móviles y produce bastante frustración, pero por otro lado, es lo que hace que el jugador comparta la misma sensación que tendría el personaje principal.
Hay una cosa que se agradece mucho del juego, y es que no haya un límite de vidas, y que los “checkpoints” estén siempre en la misma pantalla donde mueres, haciendo que la jugabilidad sea más amena.
Gráficos:
Estéticamente es un juego que recuerda a los títulos de Atari 2600, allá por los años 70, ya que se ha usado una gama bicromática de rojo y negro, el estilo es pixel art en 2D, y los controles son bastante simples, pero todo esto en conjunto, es lo que hace que el juego sea interesante visualmente.
Sonidos:
El estilo musical va totalmente acorde con el tipo de mensaje que Don’t Look Back ofrece al jugador. Produce un sentimiento de impotencia y epicidad, que es muy afín con la trama del juego.
La música va cambiando según la situación, lo que hace que el jugador se meta de lleno en la historia. También es de agradecer que la música no se detenga cada vez que el personaje muera, porque esto, aunque sea un detalle pequeño, hace que haya una continuidad y que el jugador quiera seguir jugando.
Podéis escucharla aquí.
Es un juego que recuerda a títulos que han marcado un antes y un después, como Shadow of the Colossus, ICO o Journey. Juegos que, aunque no es comparable la cantidad de recursos o estilo artístico, tienen bastantes cosas en común: fondos amplios, prácticamente vacíos, que dan un sentimiento de soledad al jugador; un personaje que emprende una aventura para conseguir un objetivo; un sentimiento de frustración pero que hace que el jugador se sienta más identificado con el personaje; y un final que te destruye el cerebro.
Si te gustan los juegos de Cavanagh, te recomiendo descargar Don’t Look Back, que aunque dure unos diez minutos, merece la pena meterse en el mundo que ofrece el juego.
¿Para cuando el Super Gravitron? Esta semana hemos estado enganchados en el curro intentando superarnos el record unos a otros. Os lo recomiendo, los gráficos son muy del palo.
Madre mía, ¡el Super Gravitron! Claro que sí, tendremos que hacerle un análisis en algún momento. ¡Gracias, Juan!